Ya no te nombro en sueños
pero siempre te sueño.
Insomne, en cualquier esquina,
tu nombre me asalta como
un ladrón nocturno.
En mi,
no hay peor presencia
que tu ausencia
en mi presente.

En ella los abrazos se vacían,
los besos huecos y el amor sinsentido
se escurren entre las vísceras.