Me tocas,

Soledad, 
Y con tus gélidos dedos
Revives recuerdos de 
Antiguas
Tibiezas.

Me muerdes,
Soledad,
Y qué importa
Que despellejes mi cuerpo desnudo,
Si en tu dentellada siento
el aleteo leve de su beso anhelado.

Susurras,
Soledad,
Pero ¿Qué dices?
Porque 
Sorda a tu sonido, recibo
Sólo el eco de su voz amada.

Habla
Soledad,
Y dime:
¿Qué se hace con
El amor
cuando no se puede amar?