Tu leve respiración
de durmiente
velé en la noche.

Cada latido en tu pecho
grabaron mis oídos.

Moldeé con mi cuerpo
tus formas
por frente y
por espalda,

para esculpirte
en sueños,
o en la duermevela
de mis noches solitarias.

Y te hablé.

Hablé sigilosa
pensándote dormida,
y le confié a tus sueños
mis desnudas palabras.